Tony Manero

Tony Manero

Tony Manero (2008) de Pablo Larraín es una película brutal y directa. Nos planta frente a la realidad ineludible en la que presenciamos una intimidad invadida por deseos simples, circunstancias violentas y acciones oscuras.

La intimidad y penumbra de la sala de cine o de la habitación, se prestan para el despliegue confiado de las fuerzas internas de Raúl, quien ve en Tony Manero (John Travolta) su espejo. Es Raúl Peralta hasta que pueda ser Manero y vista su traje, se apropie de sus pasos de baile y de las mujeres a su alrededor.

Peralta es un Niño-Tirano que entre rabietas y violencia intenta hacer de su miseria un reino personal con imágenes prestadas de la cultura de masas. La brutalidad que acompaña sus acciones solo es superada por las fuerzas del orden que dominan su alrededor durante la dictadura militar.

Con todo esto, no se puede decir que Raúl sea un “escapista” de la realidad, por el contrario trata de incorporarse en ella usando la violencia que su misma realidad le provee, le permite e incentiva. Así la fantasía de Raúl es ser real, hacer coincidir el sueño prometido por las luces del espectáculo con los medios dispuestos por el terror de su época.

 

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