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Han pasado varios días desde que nos vimos y me parece oportuno darte una respuesta. Es inevitable para el corazón, por ello también este texto y tal vez este formato. Quiero que el escribir sea una excusa para verte, no podría dar un mensaje tan largo sin mirarte a los ojos.

Eres la persona más increíble que conozco, aunque me ha sido muy difícil interpretar todos últimos signos quiero hacerte sentir tranquila y amada, quizás algún día lo hice, a veces quisiera volver aquellos días en donde éramos solo tú y yo contra el mundo, pero ya nos volvimos más fuertes y podemos solos con el mundo aunque siempre nos haga falta la compañía de otro, siempre tuvimos retos que muchas personas no quieren enfrentar, pero nos encontramos cómplices de esta aventura trágica de vivir.

Ahora que me encuentro mejor de esa locura llamada junio del 21, es una resaca de muchas emociones, me encuentro organizando todo mi ser, calmando la sed de muchas semanas de trabajo navegando hacia algo que a veces se confunde con la nada, con la locura misma, gracias por la compañía, en algún punto pensé que no te importaría, pero al verte tan conectada de todo lo del festival para llegar al evento y al interesarte me pareció un detalle muy hermoso, sabes que me importa tu presencia.

Después de varios días de pensar cómo comunicar todo esto he decidido que lo enviaré sin pretensiones, la distancia abruma y el silencio se vuelve vértigo, no sé cómo controlar, tampoco quiero hacerlo, por eso te lo envío por acá, para que llegue con el eco de la lejanía, pero un eco que resuena hasta llegar a tus manos, a tu interior.